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Ubicada en la región de Bemaraha, en el centro oeste de la Provincia de Mahajanga, Madagascar, la Reserva Natural Integral de Tsingy es uno de los espacios naturales que nadie puede perderse en su visita a este país. Gracias a su geología única, sus hermosas selvas de manglar y su rica fauna de lémures, pájaros, camaleones y otras especies, el lugar ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1990.

Pero si hay que destacar un aspecto de este sitio es sin dudas los Tsingy, unos pináculos de roca caliza, tan extremadamente afilados que pueden infligir graves heridas a un visitante poco prevenido, y que se encuentran tan presentes en el lugar que han terminando dándole la denominación con la que se lo conoce, tanto de parte de residentes de la zona, como de aquellos que la visitan.

Los especialistas creen que los mismos se han formado gracias a las abundantes lluvias que azotan el lugar, con cerca de 1.800 milímetros al año, en promedio. Debido a esto, se disuelve la parte superior de la roca caliza, más blanda, y dejan al descubierto la inferior, más dura y en forma de aguja. Esto ha determinado además que, excepto para los ágiles lemures, sea casi imposible transitar el lugar.

Hay que destacar, justamente, que Tsingy es una expresión onomatopéyica malgache, la lengua de algunas tribus locales, que alude al sonido de los pináculos cuando se los golpea, semejante al de una campana. Incluso, Tsingy en malgache significa “donde no se puede caminar descalzo”.

Vía: Wikipedia
Imagen: Reserva de Coches

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