En los últimos días ya habíamos informado que el presidente de Madagascar, Andry Rajoelina, estaba haciendo todo lo posible para extender en el tiempo su dimisión al frente del Gobierno de transición de su país, luego de hacer unas declaraciones a la televisión local en las que buscaba otras formas de salir frente a las elecciones de julio.
El caso es que como marca la Constitución de su país, Rajoelina debe llamar a elecciones, cosa que ha hecho, y presentar su renuncia consecuentemente 60 días antes de que se produzcan las mismas, y como estos comicios se llevarán a cabo el próximo 24 de julio, se supone que ya debería estar fuera de su cargo.
La cuestión es que Rajoelina aplazó la dimisión exigida por la hoja de ruta de la transición malgache que se había dictaminado hace ya algún tiempo, concretamente cuando él llegó al poder, y ahora he pedido la ampliación de su mandato un mes, en medio de un tenso clima pre-electoral en la isla africana.
En concreto, Rajoelina ha señalado a los medios, a través de una carta que no entregó en persona, que pretende continuar en el cargo un mes más debido a que considera que no están las condiciones dadas como para que en Madagascar vayan a celebrarse “elecciones libres, transparentes y justas”, aunque parece que su idea tampoco es la mejor.