Como sucede con muchos de los principales países africanos, la existencia de una gran cantidad de tribus aún viviendo como sucedía hace siglos en otras partes del mundo, significa a su vez que podemos llegar a encontrarnos con algunas ideas que, lejos de parecer anticuadas, son igual de respetables que cualquier creencia.
Es así que el concepto denominado “Hasina”, se ha vuelto realmente importar para la cultura local, basándose el mismo en una idea de santidad y autoridad imbuida en las costumbres más tradicionales de Madagascar, mediante la cual se considera que un individuo se encuentra aumentado -o disminuido- en su espíritu, por las acciones que realiza.
Según los estudios de esta cultura, los gobernantes de la sociedad tradicional eran considerados la más cercana encarnación de Hasina, esta idea llevada a dios, mientras que los líderes de la comunidad y los jefes de las familias poseían un poder relativamente menor, ya que la autoridad les era concedida por otros.
Además, el término Hasina fue utilizado para describir distintos tributos realizados hacia los dirigentes políticos, sobre todo alrededor del siglo XIX, en la región de Imerina, donde por lo general, se suelen utilizar signos como una serie de monedas de plata, acompañadas de oraciones.